Logotipo e isotipo, pueden sonar parecido, pero puedes dar por seguro que, a pesar de ser de la misma “familia”, no son lo mismo. Como suelen confundirse bastante, nuestro equipo de diseño gráfico se ha puesto manos a la obra para elaborar este artículo donde despejar dudas y aclararte las diferencias entre logotipo e isotipo. ¡Allá vamos!:
Logotipo: qué es
Si nos remontamos al origen etimológico latino de la palabra descubrimos que “logo” significa “palabra”. Por su parte, “typos” es señal o marca.
Esto ya es una gran pista para que imaginemos qué queremos decir con este término. Así que, como habrás imaginado, con logotipo nos referimos única y exclusivamente al diseño tipográfico o de letras. Esto se traduce en que este concepto solo define a las letras, siglas o palabras que representan a la marca de manera visual.
En el campo del diseño gráfico solemos hablar de “logos” y, de hecho, se tiende a llamar logotipo a toda la parte visual de un proyecto, aunque no es lo más correcto como puedes comprobar.
Llegados a este punto hay que preguntarse: ¿necesita mi marca un logotipo? Sin duda sí. Siempre y cuando quieras transmitir la visión de tu negocio, tus valores, tener bien planteada la base de la identidad corporativa desde un inicio, quieras favorecer el conocimiento y lealtad de tu marca o distinguirte de tu competencia. Por lo tanto, si te has visto reflejado, aunque sea solo en una de estas afirmaciones, ¡por supuesto que necesitas el diseño de un logotipo para tu marca!
Isotipo: ¿qué quiere decir?
Si volvemos a analizar su significado de origen griego encontramos que “iso” significa “igual” y “typos”, carácter, señal o modelo, como antes.
No obstante, en este caso, nos referimos a la representación simplificada, abstracta y simbólica de la marca mediante una imagen, sin tipografía. Solo cogemos una parte del todo. Esto es, un símbolo o un icono que represente a la marca sin llegar a mencionarla, sin letras.
Entonces, una vez que hemos alcanzado esta definición, te preguntarás, ¿necesita mi marca un isotipo? Aquí la respuesta no es tan rotunda. A nuestro entender, solo las marcas que cuentan con un trabajo previo de marketing y comunicación, de branding, pueden permitirse el hecho de tener uno y que sea fácilmente reconocible por su cliente actual o potencial. Cuando la marca acaba de aterrizar en el mercado no es útil esa representación visual sin más ya que no podrá ser reconocida, recordada ni mucho menos reclamada por el consumidor. Te ponemos un ejemplo: todos seríamos capaces de saber a qué nos referimos si vemos la imagen de una manzana mordida, ¿verdad? Pero, ¿y si viéramos la de un croissant mordido sin más? ¿A que tiene poco sentido o más bien ninguno? Pues eso. Por mucho que te atraiga la idea de contar con un isotipo para tu marca, céntrate en el logotipo y luego iremos viendo.
¿Tienes ya claro la diferencia entre logotipo e isotipo? Comparte tus inquietudes con nosotros, ¡queremos ayudarte a ir #MásAllá que tu competencia!