¿Qué es la Transformación Digital?
La transformación digital se ha convertido en una necesidad para todos los negocios, a mayor o menor nivel. A menudo se utiliza este término en presentaciones, reuniones, artículos y estudios relacionados con la competitividad de los negocios y sobre cómo mantenerse en el mercado en un mundo cada vez más digital. Sin embargo, para muchos el significado de la transformación digital sigue siendo un enigma.
¿Es lo mismo que el almacenamiento en la nube? ¿Qué se necesita para hacer una transformación digital? ¿Hay que definir nuevos puestos de trabajo? ¿Tengo que cambiar la estrategia de mi negocio? ¿Será útil para mi empresa?
Cada organización lleva a cabo la transformación digital de una forma diferente, dependiendo de sus necesidades y sus recursos. No obstante, existen unos factores comunes a tener en cuenta.
En términos generales, la transformación digital es la integración de la tecnología digital en todas las áreas y actividades de una organización. De esta forma, todos los aspectos de una organización tienden a interconectarse y retroalimentarse: desde actividades, funciones, procesos, asesoramientos,… hasta modelos de negocio completos. Evidentemente, esta integración tecnológica implica cambios en la forma de trabajar y en la relación con los clientes.
En definitiva, para llevar a cabo una transformación digital, se requiere cierto cambio cultural en las organizaciones. A medida que el mercado evoluciona (y se hace cada vez más digital), la empresa necesitará seguir adaptándose y continuar aplicando cambios y apostar por la innovación para sacar el máximo beneficio de la tecnología.
¿Por qué es importante la transformación digital?
Según el experto en estrategias digitales, Greg Verdino, la transformación digital ayuda a construir un puente entre lo que los clientes digitales esperan o desean y lo que los negocios actuales ofrecen. En esta línea, se recomienda digitalizar los recursos e incrementar el uso de la tecnología para mejorar la experiencia de los clientes; pero también la de los empleados, proveedores y socios de una organización.
En la consultora The Agile Elephant, especializada en transformación digital, enfatizan la necesidad de seguir adaptando la actividad de una empresa a los cambios del entorno digital. Como indicábamos en la introducción, el mercado actual demanda un cambio en la forma de liderar y de pensar, se necesita seguir innovando y aplicar nuevos modelos de negocio.
Son muchas las razones por las que un negocio puede decidir embarcarse en una trasformación digital. Pero, lamentablemente, lo más común es escuchar que lo hacen «porque tienen que hacerlo». Para muchos es una cuestión de supervivencia.
El paso hacia la transformación digital no suele darse hasta que el negocio se ve ya amenazado; pero hacerlo antes de llegar a ese extremo, puede convertirse en una gran ventaja.
En el pasado, las empresas que más facturaban conseguían mantenerse en lo más alto durante largas décadas. Sin embargo, en la actualidad el listado global de las empresas que más facturan está en constante cambio, de ahí la necesidad de adaptarse.
La Corporación Internacional de Datos (IDC por sus siglas en inglés) predijo en un estudio de 2016 que un tercio del Top 20 de las empresas industriales serán desplazadas por nuevos competidores en cinco años; y esto es una cuestión de «transformarse o morir» («transform or perish»). También predicen que para 2018, el 70% de las iniciativas de transformación digital fracasarán por la falta de colaboración, integración, recursos o, simplemente, una mala dirección del proyecto.
Es importante que la transformación digital no se haga con un único objetivo de supervivencia, también hay que tener cuenta el cómo se va a hacer para garantizar su aceptación en la empresa, su integración y su óptimo funcionamiento, a ser posible, antes de que lo haga la competencia.
La transformación digital implica un gran compromiso de cambio, especialmente para las empresas de mayor antigüedad. Es un cambio que, cuando se hace bien, se traduce en resultados: acelera más los procesos y genera mayores beneficios.
Uno de los factores más influyentes en el éxito o fracaso en esta fase de integración de las nuevas tecnologías, es lo que cada organización hará con ellas. La transformación digital, por si sola, no garantiza que se esté añadiendo valor. Además de la innovación tecnológica y su incursión en cada negocio, tiene que tenerse en cuenta cómo son estas innovaciones (si aportan algún valor extra, si se adaptan a la organización, si son usadas correctamente, si su integración implica alguna dificultad… ), todo ello sin dejar de analizar su efecto en el comportamiento del cliente.
Aunque esto pueda sonar obvio, a menudo se olvida en la práctica, creyendo que con la mera adopción de la última tecnología se mejoran los beneficios de una empresa. En la transformación digital, un error común es centrar todos los esfuerzos en la propia implementación de la tecnología. Para obtener los mejores resultados y sacar el máximo beneficio de la transformación digital, hay que prestar atención a posibles cambios en la estructura de la organización y cada uno de sus procesos.
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